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La conexión entre los pueblos namibios, así como sus carreteras, se antojan difíciles. A falta de Blablacar, existe un grupo en facebook, Namlifts, donde se ofrecen o buscan asientos libres para determinadas rutas. Otra forma de moverse es gracias a los taxis, que funcionan como combis, a similar precio que encuentras en Namlifts.
Negocié el trayecto desde Grootfontein por 110 dolares namibios (unos 7€) y tras dos horas de viaje llegué al pequeño pueblo de Otjiwarongo, que según las lenguas nativas significa «Lugar agradable» y además es sede del Fondo de Conservación del Guepardo.
Allí me daría encuentro con Monique, que aceptó hopedarme varios días mediante Couchsurfing. Nativa francesa que a sus 70 años, tras muchos viajes por distintas partes del globo, decidió asentarse en Namibia. Compartió conmigo muchas historias sobre la época hippie, su infinita colección de piedras y su admiración al jazz y al Che Guevara.
Con ayuda de una asociación francesa en 2008 creó Peri Naua («¿Qué tal estás?» en lengua Himba), una escuela y una biblioteca destinadas a niños en situación desfavorecida. Situada en el township, donde se concentra la población pobre y la mayoría de familias no pueden pagar las tasas escolares. A unos 10 minutos en coche del centro del pueblo, a parte del pequeño colegio, sólo hay iglesias y bares, con muchas zonas sin electricidad ni abastecimiento de agua.
Pasé un par de días con los niños y los voluntarios, que además están construyendo un edificio destinado a una cocina social.
Los fondos provienen de donaciones y de ventas de artesanía africana, que financian los costes de la construcción y el mantenimiento de la escuela y la biblioteca. Si quieres aportar tu granito a que este proyecto siga creciendo puedes hacerlo aquí.